No todo es crisis

Hace casi 6 meses que no paso por aquí. No estoy tremendamente ocupado ni tengo problemas de ningún tipo aparte de la escasez de trabajo. Es, simplemente, falta de motivación. Parece que cuanto menos haces, menos ganas tienes de hacer nada. Seguramente, si tuviera mucha actividad en el trabajo, buscaría cualquier excusa para encontrar un hueco y actualizar el blog.

Pero no es así. Pasan los días e imprentas, diseñadores y fotógrafos van sucumbiendo a la falta de trabajo. EREs, concursos de acreedores y cierres se suceden en mi entorno. Clientes que no pagan, proyectos que no se cierran, reducción de presupuestos para publicidad y aumento de la autoproducción se han convertido en el día a día. La autoproducción es que lo poco que se hace, lo hace ahora el propio cliente. Uno me ha llegado a pedir el diseño de unos folletos que le había preparado hace un año y que aún no he cobrado (ni facturado porque me da pena) porque quiere imprimirlos él en la impresora. No se da cuenta de que le va a salir mucho más caro que en imprenta ni tampoco se lo cree. Ya lo comprobará.

Este momento crítico por la que está pasando el sector de las Artes Gráficas (en general y en mi caso particular) puede hacer que parezca que estoy más deprimido y por eso no escribo. Pero no. La situación ya no me deprime. Me produce hastío e impotencia. Hastío porque ya son 3 años de crisis y no parece que haya ninguna salida aceptable ni forma de buscarla. E impotencia porque cuando encontremos esa salida, ni el sector ni yo seremos los mismos.Tengo 42 años y llevo la mitad de mi vida dedicado al diseño gráfico y la publicidad. Después de haber logrado alcanzar una situación más que aceptable allá por el 2002-2006, me encuentro ahora replanteándome mi vida profesional, cerrar el estudio y buscarme una nueva forma de ganarme la vida a una edad en la que eres viejo para buscar empleo, tienes demasiada experiencia para los sueldos que ofrecen y te falta la motivación que te hacía trabajar 16 horas al día y cobrar 8 (o menos). Es impotencia porque es el resultado de muchos años de esfuerzo convertidos en humo sin una posible solución de continuidad. Y no es depresión porque, aunque no lo parezca, mi estado de ánimo es excelente.

En estos últimos 3 años me han pasado muchas cosas (buenas y, sobretodo, malas) que me han hecho replantearme las cosas. He tenido pérdidas personales irreemplazables y he sufrido crisis profesionales que me han llevado a ataques de ansiedad y situaciones de depresión y mal humor que he pagado con los menos culpables (mejor dicho, con los más inocentes). Pero todo túnel tiene su salida. Y, de repente, sin aviso, te das cuenta de lo que realmente vale la pena y encaras la vida con otro talante. Tengo una mujer maravillosa y un hijo del que cada día estoy más orgulloso. Mis padres están bien. Mi hermana triunfa en su trabajo. Tengo un sobrino. Y los buenos amigos que tengo siguen ahí. No todos, por desgracía, pero los que están, están bien. Y si hace falta levantarse a las cinco de la mañana para descargar camiones en el muelle, se hará. Lo que nunca más haré es hundirme en mis depresiones y descargarlas con los que me quieren. No sirve de nada y, además, aburre.

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